Cansados del colapso del botadero a cielo abierto y la indiferencia institucional, los habitantes del corregimiento de Perado tomaron la decisión de cerrar el acceso al sitio de disposición final de residuos sólidos. La medida fue adoptada por el alto riesgo sanitario que representa el desbordamiento de basura en el lugar, situación que viene deteriorando la calidad de vida de la comunidad.

Los residentes responsabilizan al alcalde de Istmina, Jaison Mosquera Sánchez, y al gerente de la empresa de servicios públicos, Cristian Areitza, por el abandono del sitio y por incumplir compromisos asumidos previamente. Señalan que, pese a múltiples solicitudes de diálogo y exigencias de atención, no han recibido respuesta ni acciones concretas.

Los líderes comunales han declarado que no permitirán el ingreso de más desechos al botadero hasta que se presente una solución efectiva por parte de la administración municipal. Aseguran que no se trata solo de un reclamo, sino de una medida urgente para proteger la salud de los habitantes y el entorno.

El cierre del botadero podría desencadenar una nueva crisis de recolección en Istmina, afectando gravemente a toda la ciudad. La comunidad de Perado hace un llamado enérgico a las autoridades locales y departamentales para que actúen de inmediato. ¡El Chocó no puede seguir ignorando estas realidades!

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