En el resguardo indígena Tahami, ubicado en Bagadó, Chocó, la celebración del sexagésimo aniversario de la comunidad de Conondo se ha convertido en una verdadera fiesta del fútbol, reflejando la pasión universal por este deporte incluso en el corazón de la selva. La Misión de Verificación de las Naciones Unidas en Colombia, junto con la Agencia para la Reincorporación y Normalización (ARN), participaron en este evento destacando su compromiso con la paz y la normalización en la región.
Ana María Bustos, oficial de terreno de la Misión de la ONU, destacó la complejidad del viaje desde Quibdó hasta Conondo, un trayecto que demuestra el aislamiento y las dificultades que enfrenta esta comunidad. Durante el evento, Patricio Sosa, observador internacional y árbitro profesional de fútbol, fungió como árbitro en el torneo relámpago que involucró a ocho equipos de las 33 comunidades del resguardo.
La competencia no solo buscaba celebrar un aniversario sino también fomentar la unidad y la restauración de relaciones dentro del resguardo. Los líderes locales ven en el fútbol una metáfora de sus aspiraciones de paz, autonomía y libertad de influencias externas y conflictos. El evento se llevó a cabo en una cancha de barro y piedras, demostrando que el espíritu deportivo puede superar cualquier adversidad.
Este torneo, arbitrado por Sosa con su uniforme oficial y un compromiso palpable con la justicia en el juego, simbolizó la mediación de la paz a través del deporte, con una gestión que reflejó empatía, compromiso y responsabilidad. La alegría del fútbol en Bagadó se destacó como un remedio efectivo para fomentar la paz y la cohesión en una región marcada por desafíos históricos.
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