Crisis ambiental en la quebrada San Pablo

Habitantes de Istmina han alzado la voz para denunciar los graves daños causados por la minería ilegal en la quebrada San Pablo. Según los testimonios, los vertimientos constantes de desechos mineros están contaminando el caudal de la quebrada, que atraviesa la cabecera municipal de norte a sur, afectando gravemente el ecosistema local y la calidad del agua que llega al río San Juan. Las comunidades expresan su indignación ante la pasividad de las autoridades, que, según afirman, han permitido esta situación durante años.

Impacto devastador para las comunidades

La situación ha empeorado al punto de que la quebrada San Pablo se ha convertido en una cloaca, eliminando toda forma de vida en ella y haciendo que sus aguas sean inutilizables. Los afectados, que dependen de estos recursos naturales, ya están tomando medidas legales para demandar la protección del medio ambiente y exigir indemnizaciones por los daños causados. Además, reclaman que las autoridades responsables del control de la minería ilegal tomen acciones contundentes.

La falta de respuesta por parte de las autoridades ante los efectos de la minería y una avalancha que afectó a varios barrios, como San Francisco, Pueblo Nuevo, Primero de Mayo, Offel y Eduardo Santos. A pesar de que la quebrada había sido un lugar de recreo y sustento para las familias, el desastre ha dejado a los damnificados en un estado de abandono.

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