En conmemoración de los 25 años de la Resolución 1325 de la ONU, la Mesa de Mujeres, Paz y Seguridad del Chocó participó en un espacio de fortalecimiento centrado en el Plan de Acción Nacional (PAN) 1325 a cargo del equipo técnico del área de Mujeres, paz y seguridad de ONU Mujeres en Colombia; instrumento clave para la materialización de la agenda de mujeres, paz y seguridad en Colombia.
El encuentro tuvo como fin reforzar conocimientos a las lideresas para incrementar su incidencia política en los diálogos de paz y la resolución de conflictos.
María Patricia Meléndez Díaz, del Programa de Mujeres Indígenas del Chocó, lideresa que participó en el espaico, destacó que “la importancia del diálogo sobre el Plan de Acción Nacional de la Resolución 1325 para entender cómo realizar veeduría e incidencia en el territorio es fundamental”, Asimismo, enfatizó que las mujeres, como víctimas del conflicto, buscan un territorio libre de violencia para vivir en paz y seguridad.
A su turno, Gloria Luna Rivillas, de la Red Departamental de Mujeres Chocoanas, subrayó que el trabajo es crucial para territorializar la 1325, logrando el compromiso de funcionarios y funcionarias. “Es importante que como lideresas generemos generemos alianzas con otras organizaciones e involucremos a consejos comunitarios y resguardos indígenas”.
Por último, Johana Maturana, de la Fundación Johana Maturana, describió el espacio como «técnico-político», clave para articular acciones a nivel nacional, territorial y local que transformen la vida de las mujeres en el Chocó y promuevan la transferencia de conocimiento a instituciones y comunidades.
El Plan de Acción Nacional de la Resolución 1325 (PAN1325) en Colombia es un instrumento histórico que salda una deuda de más de dos décadas con las mujeres colombianas.
Fruto de la participación de más de 1.500 mujeres. Con siete líneas temáticas que abarcan desde la participación política y la autonomía económica hasta la vida libre de violencias, el PAN1325 articula las políticas de género para una paz completa y con un enfoque de seguridad humana feminista. Su correcta implementación, que incluye 105 acciones, 33 entidades responsables y presupuestos definidos, exige voluntad política, recursos, articulación interinstitucional y un riguroso monitoreo para garantizar que las mujeres sigan siendo el centro de la construcción de paz en el país.
