El accidente que pudo evitarse volvió a poner en evidencia el abandono en que se encuentra una de las sedes de la institución educativa Antonio Ricaurte.
Óscar Andrés Torre Maturana, estudiante de quinto grado de la institución Antonio Ricaurte en su sede del barrio Villa Rufina, sufrió un accidente debido al mal estado de la infraestructura.
El menor fue trasladado inicialmente al centro de salud Juan Bautista Luna y luego remitido a Turbo, Antioquia, para recibir atención en un hospital de mayor complejidad.
El hecho encendió la indignación de la comunidad. Desde este miércoles en la mañana, los padres de familia de la Escuela decidieron tomarse la sede y cerrarle el paso a las docentes como medida de presión. Su exigencia es clara: que el alcalde municipal, Juan Moreno Mena, cumpla con la promesa de campaña de construir una nueva institución educativa para el barrio.
“La educación no puede seguir siendo la última en la fila”
Los padres aseguran que llevan años reclamando condiciones mínimas para que sus hijos estudien sin arriesgar la vida.
La escuela actual presenta grietas, techos deteriorados y espacios inseguros que no cumplen con los estándares básicos para recibir a los niños, esto sin dejar de lado la falta de transporte escolar. “Lo advertimos una y otra vez, y hoy tenemos un niño accidentado que nos demuestra que no podemos esperar más”, manifestó uno de los voceros de la protesta.
La comunidad insiste en que la educación debe dejar de ser relegada y convertirse en prioridad. “Si un gobierno no invierte en una escuela segura y digna, está condenando a sus niños a la desigualdad y a un futuro sin oportunidades”.
La deuda histórica con Villa Rufina
Este barrio ha sido uno de los más marginados de Riosucio por las administraciones anteriores. Carece de servicios básicos adecuados y, en materia educativa, la deuda es aún más evidente. La construcción de una nueva institución en Villa Rufina no solo es una necesidad, sino una obligación moral y política, pues fue un compromiso asumido por el actual mandatario en campaña.
“Lo escuchamos en nuestro barrios, lo vimos en los discursos: la nueva escuela para Villa Rufina fue una de las banderas del alcalde Juan Moreno Mena cada que nos visitaba. Hoy, después de más de un año de gobierno, seguimos esperando que esa palabra se convierta en realidad”, recordaron líderes comunitarios.
La protesta continuará hasta que haya respuestas concretas. Los padres insisten en que no se trata de una petición caprichosa, sino de la seguridad y el derecho fundamental a la educación de sus hijos. “Un niño accidentado debería ser más que suficiente para que el alcalde actúe de inmediato. No podemos esperar a que ocurra una tragedia mayor para que se cumpla lo que ya fue prometido”, subrayaron.
El caso de Óscar Andrés y la movilización de los padres ponen nuevamente sobre la mesa la urgencia de invertir en la niñez y garantizar una educación digna. La comunidad de Villa Rufina no pide favores, exige derechos que el Estado y la administración municipal están obligados a garantizar.