Las comunidades del resguardo indígena Gitó Dokabú podrían retomar el cierre de la vía Panamericana que conecta a Risaralda con Chocó. La advertencia surge tras denunciar que varios ministerios no han cumplido con su compromiso de asistir a las mesas de diálogo pactadas con el Gobierno Nacional en Bogotá.
El gobernador del resguardo, Darío Restrepo, señaló que esperan una respuesta inmediata y satisfactoria. De no llegar pronto, las comunidades no descartan retomar acciones de presión, similares a las que en semanas pasadas bloquearon durante nueve días el tránsito hacia el Chocó, impactando gravemente la economía regional.
El impacto del cierre de la vía Panamericana en el Chocó
El posible bloqueo de la vía Panamericana genera preocupación en distintos sectores. En el último cierre, que se extendió más de una semana, el departamento del Chocó fue el más afectado. La parálisis del transporte limitó el abastecimiento de alimentos, combustibles y productos básicos, dejando a varias poblaciones en situación crítica.
Empresarios del transporte y líderes comunitarios de Quibdó recordaron que el impacto económico fue significativo. Los precios de los productos se dispararon, el flujo comercial se frenó y miles de pasajeros quedaron incomunicados. Esta carretera, considerada el principal corredor terrestre entre Risaralda y Chocó, es vital para la conectividad y el abastecimiento.
El gobernador indígena aseguró que la comunidad mantiene la disposición al diálogo, pero que la falta de cumplimiento por parte de las instituciones nacionales ha generado un ambiente de frustración. “Queremos soluciones concretas y no promesas que se diluyen con el tiempo”, expresó Restrepo.
Reclamos de las comunidades indígenas al Gobierno Nacional
Las comunidades del resguardo Gitó Dokabú exigen al Gobierno Nacional acciones claras en temas de inversión social, garantías de derechos y desarrollo territorial. Entre los compromisos pactados en anteriores mesas de concertación se incluyeron proyectos de infraestructura, salud y educación. Sin embargo, líderes comunitarios aseguran que varios ministerios no han enviado delegados a los encuentros establecidos. “Estamos cansados de esperar respuestas que nunca llegan. La vía Panamericana no puede ser el único camino para que nos escuchen”, dijo un vocero de la comunidad. La falta de presencia institucional ha sido interpretada como una falta de voluntad política para atender las necesidades históricas de los pueblos indígenas del Chocó.
Además de las exigencias de inversión, los líderes del resguardo han manifestado preocupación por la seguridad en la región. Denuncian que el conflicto armado y las economías ilegales siguen afectando sus territorios, sin que existan planes efectivos de protección.
Los bloqueos en la vía Panamericana no son un fenómeno nuevo. En los últimos años, comunidades indígenas y campesinas han recurrido a esta medida de presión para visibilizar sus demandas ante el Estado. Cada cierre tiene efectos inmediatos sobre la movilidad y el comercio, pero también refleja la falta de una solución estructural y duradera.
La Cámara de Comercio de Quibdó estimó que el cierre anterior dejó pérdidas superiores a los 25.000 millones de pesos en sectores como transporte, comercio y turismo. Estos datos refuerzan el llamado de los empresarios a buscar salidas concertadas que eviten nuevos bloqueos.
No obstante, las comunidades sostienen que, aunque las pérdidas económicas son graves, la ausencia del Estado en su territorio es un problema mucho más profundo. Para ellos, los bloqueos son una herramienta de resistencia frente a años de abandono y promesas incumplidas.