En Villa Rufina, Riosucio – Chocó, estudiantes de la Institución Educativa Antonio Ricaurte siguen arriesgando su vida cada mañana para poder llegar a clases. Sin un transporte escolar seguro, deben cruzar improvisadamente el río, esperando un bote que muchas veces nunca llega, mientras su derecho a la educación es vulnerado en cada jornada perdida.
La comunidad recuerda que en una administración pasada se asignó una chalupa para este trayecto, pero su destino quedó envuelto en trámites sin solución. Hoy, los niños siguen esperando una respuesta concreta por parte del gobierno local, que ya visitó la zona, asumió compromisos, pero aún no entrega resultados.
Este no es un favor que se pide, es el cumplimiento de un derecho fundamental. La educación debe ser accesible, segura y digna. Mientras tanto, los estudiantes siguen luchando, con cuadernos en mano y sueños en el corazón, esperando que su voz sea escuchada y que las promesas se conviertan en acciones reales.
La comunidad de Villa Rufina exige una solución inmediata. No más excusas. Es hora de garantizar condiciones básicas para que sus niños y jóvenes puedan formarse sin poner su vida en riesgo.
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