Por: José María Daza Sánchez
Sobre este tema, a propósito del paro minero que se desarrolla actualmente en el Departamento del Chocó, hay mucho contenido por desarrollar. Lo primero es que existe mucha especulación y hay personajes que sueltan comentarios y cifras sin sustento alguno que terminan tergiversando y haciendo creer que es la verdad revelada.
Si bien en el país el sector económico de la minería ha sido fundamental y muy trascendental como aporte para el desarrollo del mismo, no lo exime de responsabilidades en materia ambiental, especialmente, donde la contaminación de los ríos ha sido muy perjudicial.
Este sector sufre de muchos aspectos de legalidad. Es decir, para los trabajadores que están en el sector, no existe la posibilidad de tener una seguridad social que les permita la protección pensional, en salud, en riesgos laborales, ni para los directos como para sus familiares. El minero artesanal está en un alto riesgo de accidentes, además de que sobrellevan la persecución de las autoridades incluida la colectora de los impuestos, por lo que el comercio de fruto de su trabajo se hace de manera, también informal.
Hay que recordar que estudios de expertos han demostrado que el mercado del oro tiene un nivel de ilegalidad del 80%. Lo cual nos muestra que la minería no es un sector que se refleje en las estadísticas ni en el registro de los impuestos que regrese a beneficiar las comunidades. Pero además en materia de la comercialización, en este caso, del oro tiene muchos interrogantes.
Las regalías que se reciben desde el gobierno nacional tienen su origen en el petróleo y otros sectores más formales.
Para contextualizar un poco las cifras, que tan folclóricamente se aducen en “Radio Bemba”, hay que señalar que el Producto Interno Bruto (PIB) de Colombia, en el año 2024 fue de $1.706,44 billones. El sector de la minería, que comprende la extracción y procesamiento de diversos minerales como carbón, níquel, hierro, oro, plata, esmeraldas, y materiales para la construcción, aportó $75,88 billones, el 4,44% del total del PIB. En ese nivel, el Chocó es el 0,4% del PIB total nacional con $7,58 billones y el sector minero aporta $1,29 billones.
El aporte minero local representa para el sector minero nacional, solamente, el 1,29% y para la economía del Departamento, el 17,0%. No es el 80% que señalaron por ahí en las redes, haciendo creer que entonces el Chocó está quebrado por eso. De todas maneras, la reducción del aporte de este sector a la economía del Chocó, está siendo compensada con el sector agropecuario, que viene en alza con la implementación de las políticas de reforma agraria, recursos para apoyo al campesino, etc. No es tumbando cultivos para meter la retroexcavadora, que vamos a salir adelante.
En 2005, cifras extraídas de las Cuentas Nacionales consolidadas por el DANE, la minería era el 0,57% del PIB nacional con 128 mil millones. Los años de mayor auge de producción minera en el Chocó fueron los años: 2010 ($1,24 billones); 2011 ($1, 87 billones); 2012 ($1,59 billones); 2016 ($1,19 billones); 2022 ($1,04 billones); 2013 ($1,21 billones) y 2024 ($1,29 billones). El resto de los años ha estado por debajo del billón de pesos.
Con la onza de oro, hoy en el mercado internacional a US$4.000 este mercado está beneficiando es a los comerciantes, no al trabajador de la mina ni al mismo estado, como dueño del subsuelo.
Muy seguramente la situación que viven los trabajadores del sector minero en el Departamento del Chocó, tiene repercusiones en los altos niveles de desempleo. Lamentablemente para el sector no existen, específicamente, cifras que permitan complementar esta columna.
Pero claro que, de no definirse políticas, que al menos permitan el trabajo del minero artesanal, seguirán los problemas y exigencias al gobierno nacional. Lo que no compartimos es que todo el que quiere coge las vías del departamento como el patito feo y cierran sin contemplaciones de los efectos perjudiciales que imponen a las comunidades, cuando la protesta debería hacerse allá frente a los altos dirigentes. El Chocó, quebrado y lo ayudamos.
¡Ya está bueno! No solo de la minería vive el Chocó.