Fuentes confiables han informado a este medio de comunicación sobre una alarmante situación de violencia que tuvo lugar en la cárcel de Quibdó el pasado lunes. A pesar de la gravedad de los hechos, hasta el momento el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC) y las autoridades competentes no han brindado información oficial al respecto.
Según lo que se ha podido recabar, el altercado ocurrió alrededor de las nueve de la mañana, cuando un grupo numeroso de internos de los patios 1 y 2 protagonizó un ataque armado dentro de las instalaciones penitenciarias. Testimonios indican que hombres armados con machetes y armas corto punzantes recorrieron los pasillos de la cárcel, dirigiéndose hacia las áreas donde se encuentran los reclusos considerados de mayor peligrosidad.
Durante el caos desatado, los agresores lograron romper una reja que separaba los sectores, lo que permitió el acceso a las áreas de confinamiento de estos internos de alta peligrosidad. A pesar de la tardía respuesta de la guardia, dos personas resultaron gravemente heridas en el ataque y fueron trasladadas de urgencia al hospital San Francisco de Asís. Uno de los heridos presenta múltiples puñaladas que ponen en riesgo su vida, mientras que el otro sufrió una herida de machete en la cabeza.
Es preocupante destacar que esta situación había sido previamente alertada, ya que desde hace tres meses se había solicitado el traslado de estos internos a otras instituciones penitenciarias para garantizar su seguridad, pero el INPEC no tomó las medidas adecuadas.
Hasta el momento, ni la Defensoría del Pueblo ni ningún otro organismo encargado de velar por los derechos humanos se ha pronunciado al respecto, dejando en evidencia la falta de atención a esta problemática.
Además, las repercusiones de estos actos violentos han trascendido las paredes de la cárcel, afectando a las familias de los internos involucrados. Se ha informado que algunas de estas familias han sido objeto de amenazas y robos, lo que ha obligado a algunas de ellas a abandonar sus hogares y trasladarse a otros lugares por temor a represalias mayores.
Esta situación pone de manifiesto la urgente necesidad de tomar medidas efectivas para garantizar la seguridad tanto dentro como fuera de las instituciones carcelarias y proteger los derechos de todos los involucrados.
Cortesía Q radio choco