Un grupo de estudiantes universitarios, que conmigo cursábamos cuarto semestre de ingeniería de sistemas en la Universidad Antonio Nariño – sede Quibdó, debido a los racionamientos eléctricos que afectaba enormemente el desarrollo de las prácticas de laboratorio de informática, en el mes de marzo del año 2.000, llevamos la idea a los directivos de la UMACH de la época, que para realizar cualquier movilización o paro en Quibdó, se tenía que contar con el visto bueno de esa organización sindical. Desde ese momento inició a prepararse el paro y a converger distintos líderes y lideresas lo cual condujo a realizar un paro exitoso.    

EL 20 de junio del año 2000, se realizó el quinto paro, originado por  las interrupciones del servicio de energía en el Chocó, que por 10 y hasta 20 días de apagones nos tocó aguantar; en esa gesta cívica hubo logros significativos: la línea de interconexión eléctrica Virginia – Cértegui, en esa época creíamos que era la estabilidad y el crecimiento del sistema eléctrico en el Chocó, pero no ha sido así, todavía hay municipios que no cuentan con el servicio de energía eléctrica; también se conquistó la línea de interconexión eléctrica Caucheras – Riosucio, entre otros.  El sector energético del país, pertenece a los grandes caciques políticos e inversionistas privados. 

En el año 2001, la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios, tomó posesión absoluta de Electrificadora del Chocó, debido al incumplimiento que venía presentando con sus obligaciones adquiridas. Se liquidó la Electrificadora del Chocó y se crea la nueva empresa Dispac, que no heredó ninguno de los pasivos de la liquidada electrificadora del Chocó, y solo debía contar con los activos, que en su mayoría presumiblemente eran del Instituto de Planificación y Promoción de Soluciones Energéticas para Zonas No Interconectadas – IPSE.

Allí hubo error en la dirigencia del paro, en aceptar que Dispac, tomará los activos, sin hacer una negociación seria y coherente, que vinculará al departamento del Chocó, a poseer como mínimo de un 10 % en la participación accionaria.

Marino Moreno Chaverra

Líder social y periodista.

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